8.11.17

Carlos Pujol, un humanista en Ínsula

Con motivo del quinto aniversario de su muerte, tuvieron lugar en Barcelona, su ciudad natal, las Jornadas "Carlos Pujol (1936-2012), humanista contemporáneo". Ahora, unos meses después, la veterana y acreditada revista Ínsula dedica su número 849 al polígrafo catalán y recoge las aportaciones a ese encuentro. 
Me han contado que a su presentación madrileña fue poca gente. Sí, a pesar de su agitada actividad profesional (en la universidad, como profesor, y en la empresa, dirigiendo, por ejemplo, la Enciclopedia Larousse para Planeta) y de los numerosos libros que publicó (unas cincuenta obras de creación y en torno a un centenar de traducciones), Pujol es un escritor secreto. Lo fue en vida y lo sigue siendo. Como afirman los coordinadores del número, Teresa Vallès y Gaston Gilabert, profesores de la Universitat Internacional de Catalunya, en su artículo introductorio, "No cabe duda de que si los numerosos premios literarios y de traducción de nuestro sistema cultural fueran una verdadera meritocracia, habrían servido para galardonar y dar a conocer la impresionante obra de Carlos Pujol, un gigante silencioso que vivió y escribió a contracorriente, fiel a sí mismo, a su fe y a su adorada familia". 
A la citada introducción general, le siguen textos a la altura del homenajeado, un hombre culto, trabajador y riguroso. Así, el perfil, muy personal y autobiográfico, de Pere Gimferrer, amigo íntimo de Pujol y miembro, como él, de la efímera Academia de los Ficticios, "la persona más parecida a mí en muchos de mis gustos literarios; y yo, por lo tanto, la más parecida a muchos de los suyos".
Viene después el extenso artículo del profesor de la Universidad de Murcia y crítico de ABC José María Pozuelo Yvancos que traza el retrato de este excepcional humanista contemporáneo. "Podría decirse -escribe- que Pujol es «toda la literatura»". No en vano fue "poeta, novelista, crítico literario, traductor, aforista, editor, jurado de Premios literarios, abogado de escritores noveles". Recuerda que en 1962 leyó su tesis doctoral y que ésta llevaba por significativo título: La obra de Ezra Pound en sus relaciones con la literatura medieval románica. Fue dirigida, cabe añadir, por Martín de Riquer, su maestro y mentor.
Albert Jornet Somoza, de la Universidad de Pennsylvania, se ocupa de la poesía, lo que más le ha interesado a uno, junto a sus traducciones poéticas. Jornet alude a una "andadura" literaria "tan solitaria como insólita". Empezó cuando el autor contaba cincuenta años. Llegó a dar a la imprenta dieciséis poemarios. Su obra es "accesible y enigmática por igual, deslumbrantemente sobria", de "inaudita cohesión, sin que ello suponga monotonía o repetición". La suya, una "poética de la humildad". En la base de su "hondura ética y política", de su "autoironía", encontramos "inteligencia, humor y juego". Para él, la poesía, reflexiva e íntima, era, como para José María Valverde, "una cosa inagotable y modesta". Quería "decir lo más sencillo e indecible". Está reunida en Poemas, que publicó Trapiello (uno de sus discípulos) en La Veleta. Además, se editaron tres libros póstumos: El corazón de Dios (su "testamento literario"), Bestiario y Magníficat.
Domingo Ródenas, de la Pompeu Fabra, analiza con solvencia sus numerosas novelas y Manuel Longares, con agudeza, sus aforismos.
A Valentí Puig (nótese a quiénes nombramos) le corresponde hablar del crítico literario, por más que Pujol considerara a la crítica "como un alibi vergonzante, una coartada, porque lo que hay que hacer es escribir".
Andreu Jaume, que se centra en su faceta de traductor, le compara con Eliot, aunque fuera "un Eliot sin poder y sin ambición política". Destaca, eso sí, su "ambición literaria", la "de adentrarse en la tradición y de navegar por toda la literatura occidental con absoluta comodidad". "Atreviéndose con los autores más difíciles".
Laureano Bonet, de la Universidad de Barcelona, evoca al joven Pujol "entusiasmado con Brassens", el editor responsable de la Larousse y de la Biblioteca Universal Planeta.
Para terminar, el historiador de la edición Josep Mengual escribe sobre su condición de miembro del jurado del famoso Premio Planeta.
Vallès firma la impresionante bibliografía de Pujol, con un total de 150 títulos ordenados por géneros, y sobre Pujol, perfecto colofón de este número ejemplar de una revista no menos modélica. Un número que se cierra con un cuadro de la viuda del escritor, Marta Lagarriga, cómplice necesaria del homenaje, autora de algunas de las fotografías que lo ilustran, entremezcladas con las de las cubiertas de muchos de sus libros.